En Santa Cruz cerca de 43.000 hectáreas de cultivos han sido afectadas por lluvias

EL DEBER, SANTA CRUZ.- Desde diciembre del año pasado hasta la fecha, unas 43.000 hectáreas de cultivos en el departamento de Santa Cruz se han visto afectadas por las lluvias, mientras que en Beni las pérdidas también son cuantiosas. Ambas regiones, al igual que Potosí, Cochabamba, La Paz y Tarija, están siendo golpeadas por las intensas precipitaciones pluviales.

Tras un sobrevuelo por las zonas donde la lluvia deterioró los cultivos, ejecutivos del sector privado cruceño manifestaron su preocupación por los desbordes de los ríos en las provincias.

El presidente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Reinaldo Díaz, expuso que, según las evaluaciones de Anapo, entre los desbordes de los ríos y las pérdidas por exceso de lluvias que datan desde diciembre de 2017 son 43.000 hectáreas de cultivos afectados, donde predominan granos como soya y maíz, al igual que caña de azúcar.

Por su parte, el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Freddy Suárez, registró que se identificaron siete puntos con desbordes pequeños en la zona norte del departamento.

“Esperamos que el tiempo nos acompañe y que las precipitaciones no sigan como hasta ahora, ya que se debe seguir ejecutando inversiones”, cerró.

En este caso, el director del Servicio de Encauzamiento de Aguas y Regularización del Río Piraí (Searpi), Luis Aguilera, señaló que hay un proyecto en puertas para la construcción de diques, canales, defensivos, reforestación y trabajos de educación ambiental, pero que está en manos del Estado el desembolso de $us 12 millones.

Beni

En Trinidad (Beni), el responsable de Gestión de Riesgos, Arnoldo Barba, manifestó que las zonas más afectadas son las comunidades aledañas al municipio, donde casi 1.000 familias que construyeron sus viviendas sobre la tierra fueron evacuadas. 

Otros que cuentan con casas sobre girado –viviendas que son construidas en altura sobre una base sólida de concreto–, de igual manera deben recurrir a lanchas para que les llegue la ayuda, según el reporte de Barba. 

En este último caso es donde toma parte la población trinitaria, que ante las insuficiencias de las autoridades entienden que a partir del trabajo integral pueden mermar el desastre. Un ejemplo es el de Club de Caza y Pesca Municipal, que dota de equipos y medios de transporte a las brigadas del municipio para socorrer a los damnificados.

Las tres estaciones fijas de bombeo y las 13 motobombas móviles no son suficientes para evacuar el agua. No obstante, las manos para asistir a los vecinos no faltan, ya que cerca de 1.000 hombres de las Fuerzas Armadas están a las órdenes de las autoridades municipales y departamentales para ayudar a los damnificados.

El retraso del inicio del año escolar es un hecho en varios establecimientos de Beni, puesto que “en las comunidades no hay condiciones para que los niños vayan a la escuela”, en contraste con la ciudad, donde solo los barrios de la periferia se ven en la necesidad de abandonar sus hogares ante la  llegada del agua. 
La autoridad también deja entrever que estas familias están asentadas ilegalmente, por lo que no se puede llevar adelante planes de prevención. 

En el caso de las provincias, todavía no se cuantifican los daños por las dificultades de acceso, pero el director del Centro de Operaciones de Emergencia (COE), coronel Christian Cámara, señaló que son cerca de 3.000 hectáreas de cultivo perdidas y 2.600 las familias damnificadas. 

A escala departamental se mantiene la declaratoria de emergencia, en contraste con el municipio beniano de San Javier, que fue declarado zona de desastre y donde “todos los pobladores fueron evacuados”.
Cámara expresó que en comunidades rurales la población no acude a los albergues habilitados, sino que prefiere mantenerse cerca de sus tierras. Otras zonas castigadas son San Borja, San Ignacio, San Andrés, Baure, Huacaraje, Magdalena y Loreto, alcanzando las 60 comunidades donde el agua anegó lo que estaba a su paso.

“De momento se necesitan víveres y medicamentos. Máquinas no, porque el acceso es complicado; la ayuda llega vía aérea”, puntualizó el funcionario.

Desde la Federación de Ganaderos del Beni (Fegabeni), el presidente, Abdón Nacif, refirió la necesidad de refugios para el ganado, poniendo sobre la mesa la disposición de alquilar las zonas altas del área rural siempre que se incentive el cultivo de pastos.

Ante los pronósticos de más lluvias, el ministro de Defensa, Javier Zavaleta, y el ministro de Desarrollo Rural y Tierras, César Cocarico, se reunieron ayer con las autoridades benianas para entregar vituallas y se comprometieron a reponer aquello que las precipitaciones hubiesen golpeado, según la declaración de Cámara.

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