Libros de escritores bolivianos publicados por editoriales internacionales

Por Homero Carvalho Oliva/Diario Cambio/La Paz.- Desde hace una década, muchos escritores bolivianos están siendo publicados en el exterior, especialmente los de la nueva generación, que ha logrado que editoriales importantes e independientes se interesen en hacer conocer sus obras fuera de nuestras fronteras. Me parece genial y así lo he afirmado en varias de mis columnas en las que destaco estos logros individuales, porque creo que si uno de nosotros es conocido en otros ámbitos, su nacionalidad nos honra a lo demás.
Sin embargo, debemos reconocer que desde principios del siglo pasado ya existían escritores nacionales publicados en varios países, tanto en castellano como en otros idiomas. Va un pequeño listado, en el que seguramente faltan nombres: a Alcides Arguedas le publicaron en España Wata Wara en 1904, Los caudillos bárbaros en 1909, La danza de las sombras en 1934 y sus Obras Completas en la prestigiosa Ediciones Aguilar, en 1959; su famosa novela Raza de bronce ha tenido muchas ediciones en Argentina, España y Venezuela, entre otros países. A Jaime Mendoza También le publicaron en España su gran obra En las tierras de Potosí, en 1911.
Morada del olvido, que reúne una buena parte de la obra poética de Roberto Echazú, en 1990. A Eduardo Mitre le publicó la prestigiosa Editorial Visor su poemario Camino de cualquier parte, en 1998; así como también en Venezuela, el libro de ensayos Poetas contemporáneos de Bolivia, en 1988, y la Antología de poetas belgas, en México, en 1998.
Pedro Shimose publicó su obra poética en el año 1988, en editorial Playor, también de España.
En Francia le publicaron a nuestra estelar Adela Zamudio, a Armando Chirveches y a Nataniel Aguirre y, por supuesto, Adolfo Costa Du Rels. A Óscar Cerruto le publicaron Aluvión de fuego en Chile, en 1935, y la mayoría de sus poemarios en la Argentina como Patria de sal cautiva, en 1958, Estrella segregada en 1975 y Reverso de la transparencia en 1975.
El extraordinario libro Sangre de Mestizos, Relatos de la Guerra del Chaco, de Augusto Céspedes, fue publicado en Santiago, de Chile, en 1936. A Néstor Taboada Terán le publicaron en la Argentina Manchay puytu en 1977 y Ollantay en 1994. A Jesús Urzagasti la prestigiosa Editorial Sudamericana le publicó Tirinea, en 1969, y su novela En el país del silencio fue traducida al inglés y publicada en Estados Unidos en 1994. Jaime Saenz ha sido traducido y publicado en varios países.
A esos nombres hay que sumar los de los ganadores del Premio Casa de las Américas, que fueron publicados en Cuba: Pedro Shimose con Quiero escribir, pero me sale espuma, 1972; Renato Prada con Los fundadores del Alba, 1969; Fernando Medina con Los muertos están cada día más indóciles, 1972, y Claudio Ferrufino-Coqueugniot con El exilio voluntario, 2009.
Cuentos de escritores bolivianos también han sido seleccionados para ser incluidos en muchas antologías internacionales, ése es el caso de El pozo de Augusto Céspedes, que aparece en veintidós antologías tanto en castellano como en otros idiomas; lo mismo podemos decir de Quilco en la raya del horizonte de Porfirio Díaz Machicao o de La emboscada de Adolfo Cáceres Romero. Así también se destacan poemas de Jaime Saenz, Óscar Cerruto, Eduardo Mitre, Yolanda Bedregal, que están incluidos en reconocidas selecciones de poesía.
En la actualidad, el Premio Gabriel García Márquez, que recibió Magela Baudoin, le ha permitido publicar en varios países. Entre los nacionales que más publican afuera se destacan Edmundo Paz Soldán, Giovanna Rivero Santa Cruz, Maximiliano Barrientos, Rodrigo Hasbún, Liliana Colanzi, Gabriel Chávez, Paura Rodríguez, Paola Duchén, Ruth Ana López, Benjamín Chávez, Paola Senseve, Rossemarie Caballero y otros.
Algunos con varios títulos y otros con uno, pero todos ellos dignos de ser tomados en cuenta. En mi caso, he sido publicado en Estados Unidos, Argentina, Perú, Ecuador, España y Cuba.
La senda que abrieron los escritores de principios del siglo veinte ahora es transitada por muchos de nosotros y se han realizado traducciones de novelas, cuentos y poemas de muchos autores.
Asimismo, muchos de nosotros estamos siendo incluidos en antologías de cuento y poesía como nunca antes se lo había hecho y esto constituye un reconocimiento a nuestra escritura.
Nuestras obras están siendo estudiadas y son objeto de estudio allende nuestras fronteras. La literatura boliviana está siendo leída, porque nosotros mismos nos estamos valorando y estamos llevando nuestras voces a encuentros literarios y festivales de poesía. Que otros destaquen lo malo, yo destaco lo bueno, porque creo que ambos permiten que nuestra literatura avance, algunos señalando los errores y otros los aciertos.
*Escritor y poeta