Macri en carrera armamentista con la mira en Bolivia, por Andrés Sal.lari

LA EPOCA, LA PAZ.- En medio de un ajuste salvaje que golpea las cuentas de todas las áreas de gobierno argentino, en especial aquellas que están relacionadas con la educación, los servicios de salud y la asistencia social, su presidente Mauricio Macri solicitó a Estados Unidos un extenso listado de equipamiento militar para ser adquirido bajo el difuso objetivo de “combatir el terrorismo”.

Dentro del pedido realizado figuran poderosos aviones de caza, tanques de guerra, misiles de mediano y largo alcance, y helicópteros similares a los utilizados en el conflicto bélico de las Islas Malvinas, por un costo total que supera largamente los 2 mil millones de dólares.

En la Casa Rosada justificaron la adquisición para “abastecer el armamento del país, que es muy precario y necesita mejorar para combatir el narcotráfico en la frontera norte”. Se desprende que el gobierno de Macri trabaja para militarizar sus límites con Bolivia. 

A través de una nota dirigida en junio del año pasado al senador demócrata Peter Visclosky, quien integra la estratégica subcomisión de Defensa en el Congreso estadounidense, el embajador argentino Martín Lousteau adjuntó el listado de equipamiento en materia militar solicitado por el país “para enfrentar amenazas globales urgentes como combatir contra flagelos como el terrorismo, el narcotráfico y el crimen organizado”. De arribar a la Argentina significaría su refuerzo militar más importante de los últimos 40 años.

Lousteau se apoyó en el lobby de los diputados Eduardo Amadeo y Luciano Laspina, de Cambiemos, quienes viajaron hasta Washington para cerrar los detalles del acuerdo, pese a que ninguno de ellos figuran en la comisión de Defensa ni tampoco declararon sus objetivos en su agenda de viaje oficial.

El principio de acuerdo, que hasta ahora se mantenía en un estricto secreto, fue difundido en el programa ‘Economía Política’ de la señal C5N, luego dio origen a una denuncia por parte de diputados de la oposición kirchnerista, quienes decidieron solicitar la interpelación del ministro de Defensa Julio Martínez, y de la canciller Susana Malcorra, quienes deberán explicar los detalles del pedido realizado a Estados Unidos.

“No se comprende la participación de los diputados Eduardo Amadeo y Luciano Laspina en las gestiones de compra de armamento. Incluso, la participación del diputado Amadeo no se limitó exclusivamente a la reunión con el congresista norteamericano sino que además hizo un seguimiento vía e-mails con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, preocupándose por la órbita oficial por donde se realizaría la operación comercial”, afirmaron los legisladores en la denuncia.

Finalmente agregaron: ¿Por qué se está realizando la mayor compra de armas de la historia? ¿Por qué las negociaciones son secretas?

Los operadores políticos que llevaron adelante estas gestiones en representación del gobierno de Macri están relacionados con sectores de la ultraderecha continental. El ya mencionado diputado macrista Eduardo Amadeo, es muy cercano al grupo de diputados de la Alianza Parlamentaria Democrática de América (APDA) organización tutelada por los servicios de inteligencia estadounidenses que hasta no hace mucho tiempo fue presidida por el actual gobernador de Tarija, Adrián Oliva.

En la APDA militó también la ultraderechista Laura Alonso, amiga y funcionaria del vecino presidente, estas relaciones (como lo vemos en la foto) le sirven a Oliva para acceder a Macri de manera mucho más efectiva que otros líderes opositores como Samuel Doria Medina, quien no pasó de una poco lograda selfie a más de 150 metros de distancia durante el triunfo electoral del actual mandatario argentino.

En noviembre del año pasado la Argentina macrista organizó el 1er Foro Parlamentario Regional de Inteligencia y Seguridad (ver foto), el mismo diputado que organiza la millonaria compra de armas a Estados Unidos con la excusa de militarizar la frontera con Bolivia, Eduardo Amadeo, no se privó de invitar el encuentro al agente de la CIA boliviano estadounidense, Joseph Michael Humire, quien bajo su paraguas de especialista en temas de seguridad e inteligencia es un habitué de estos foros.

Al gobernador Oliva no le gusta recordarlo, pero durante su presidencia en el APDA, llegó a prestarse para aparecer como autor de un capítulo del último libro de Humire referido a la supuesta penetración militar iraní en Bolivia con el pomposo título: A Bolivian Base for Irans Military Advisors. Creo que ni hace falta traducirlo.

De los encuentros organizados por otros ultraconservadores think tanks estadounidenses también suelen participar personajes como el venezolano Julio Borges (Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela) o el ecuatoriano Andrés Páez, actual candidato de Washington a la vicepresidencia de Ecuador en fórmula con Guillermo Lasso.

Como puede verse, en toda nuestra región la llamada restauración conservadora no es más que una vuelta al pasado mediante el regreso de una clase política tradicional cuyo principal objetivo es reabrir la compuerta al control geopolítico de Washington en nuestra América Latina. 

Los más de 2 mil millones de dólares aportados por Macri al complejo militar industrial estadounidense son una peligrosa muestra de ello. El narcotráfico proveniente de Bolivia es una de sus lamentables excusas y resulta evidente que el mandatario argentino cuenta con fieles seguidores a este lado de la frontera.

LINK ORIGINAL DE LA NOTA: http://www.la-epoca.com.bo/index.php?opt=front&mod=detalle&id=5879

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