Documentos desclasificados de Cancillería desenmascaran a la dictadura militar boliviana

CAMBIO, LA PAZ.- Los documentos reservados que fueron desclasificados revelan algunos aspectos que utilizó la dictadura militar para realizar el seguimiento de ciudadanos bolivianos y, en algunos casos, de extranjeros, que fueron calificados como subversivos y extremistas que representaban un peligro para la estabilidad de los gobiernos salidos de los golpes de Estado y que detrás dejaron decenas de muertos y desaparecidos.
El Plan Cóndor fue una acción que englobó a siete países de Sudamérica que intercambiaron información y coordinaron acciones antisubversivas, siendo identificadas aquellas personas que propugnaban ideas socialistas o comunistas y de las cuales se contaba con información necesaria para el seguimiento. Ser comunista era todo un pecado.
Al momento de hacer el anuncio oficial, el canciller del Estado, David Choquehuanca, afirmó que la desclasificación de documentos reservados debe servir para reescribir la historia, “desnudar el método de la masacre que fue utilizado sistemáticamente para imponer y dominar a los pueblos de nuestra región”.
La responsable del Archivo Histórico de la Cancillería, Raquel Lara, afirmó que el trabajo realizado fue para “recuperar la memoria histórica de los acontecimientos suscitados en periodos de las dictaduras”, que ayudarán a entender y develar la verdad de las acciones, que en su mayoría cumplieron los diplomáticos de ese entonces.
Los documentos que se relevaron comprenden desde 1966 hasta 1979. En el lote de documentos se encuentran partes y radiogramas que aún están en las delegaciones diplomáticas del exterior del país, de donde se espera recuperar todo el material, que, en criterio de Raquel Lara, no es un simple papel, sino un insumo que servirá para tener certeza de algunos pasajes de la historia que no fueron revelados.
SEGUIMIENTO
Entre los documentos que fueron desclasificados están los informes consulares enviados por funcionarios de los Consulados que tenía Bolivia en el exterior, por ejemplo en Argentina se tenía una gran cantidad de personas en calidad de exiliados políticos, que eran seguidos por funcionarios de Inteligencia.
Otros documentos son informes que dan cuenta sobre la actividad que cumplía por ejemplo el expresidente Hernán Siles Zuazo, en Uruguay, también hay informes de las acciones que cumplió el exidirigente de la Central Obrera Boliviana (COB) Juan Lechín Oquendo.
A ellos se suman aquellos documentos que revelan la presencia de Ernesto Che Guevara en territorio nacional, lo que confirma el seguimiento que se le hacía.
También están documentos como los que en su momento las autoridades bolivianas realizan a las autoridades eclesiásticas para pedir el cambio del padre Luis Espinal por considerar que realiza una labor “contra el gobierno nacional”.
Por ejemplo, la nota está fechada el 16 de septiembre de 1974, dirigida al coronel Juan Pereda Asbún, Ministro del Interior, y señala: “Al respecto este Ministerio cree que el viaje que, en forma espontánea hará el R.P. Espinal, solucionará la necesidad de su alejamiento del país propuesta por los Organismos de Seguridad del Estado, en vista de su labor de fustigación en contra del Gobierno nacionalista”.
También está el testimonio de la exmonja que se había unido al Ejército de Liberación Nacional (ELN), de nacionalidad norteamericana, Mary Harding, quien contó las torturas que le aplicó personal de seguridad del Estado durante la dictadura de Hugo Banzer y su vinculación con la guerrilla.
Comentó que cumplía labores de “asistencia humanitaria”, recolectando comida y medicina para la guerrilla. Harding fue liberada después de gestiones que hicieron diplomáticos que alguna vez estuvieron en La Paz.
DOCUMENTOS
El 10 de marzo de 1976, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto le escribe a Marcelo Ostria Trigo, subsecretario de Relaciones Exteriores.
“Señor Subsecretario: Tengo el agrado de avisar recibo a su oficio DGOI/N2 521/35.- de 23 de los corrientes, respecto al periodista Antonio Peredo Leigue, debo manifestar a usted que el citado es de nacionalidad boliviana, extremista, miembro activo de la organización clandestina E.L.N. fabricante de bombas y material de carácter subversivo.”
Otro documento hace referencia a un radiograma del 15 de junio de 1967, de la Embajada del Bolivia en Perú, dirigida a Marcelo Galindo de Ugarte, ministro secretario general de la Presidencia de la República, la que refiere lo siguiente: “EmBolivia Lima. 15/6/67.—- relaciones La Paz. No. 114.—- Presidente Belaunde encargome informar presidente Barrientos que sigue atentamente desarrollo —guerrillas en Bolivia con posibles complicaciones y ofrece – todo apoyo a nuestro gobierno stop. Dijome asimismo estar satisfecho de que raciones alimentos y municiones peruanas estén dando buen resultado a nuestros ejércitos stop. Interesose conocer nombres guerrilleros peruanos y ofreciome colaboración servicio inteligencia este país”.
En criterio de la responsable del Archivo, Raquel Lara, este radiograma refleja cómo se apoyó desde el vecino país, con apoyo de la CIA norteamericana, para derrotar a la guerrilla del Che.
Otro documento del 8 de febrero de 1966 da cuenta de la actividad que desarrollaban exilados bolivianos en el Uruguay, entre ellos Hernán Siles Zuazo, Ñuflo Chávez Ortiz, Jaime Escóbar, José María Centellas, Carlos Montaño Daza y José Antonio Arze Murillo.